Miel argentina: pequeños productores posicionan al país entre los líderes de producción y exportación

El diario Perfil realizó una entrevista con el roquense Carlos Levin, presidente de la Cámara Argentina de Fraccionadores de Miel.

Actualidad24/08/2022
Carlos Levin
Carlos Levin, ingeniero agrónomo y presidente de la Cámara Argentina de Fraccionadores de Miel (CAFRAM).Foto de Ana Sofía Levin

"Miel argentina: el oro líquido todavía se exporta a granel pero podría tener identidad propia", así titula el reconocido diario Perfil, la nota realizada en base a la entrevista con el empresario pyme de General Roca Carlos Levin, ingeniero agrónomo y presidente de la Cámara Argentina de Fraccionadores de Miel (CAFRAM).

Argentina es uno de los principales países productores y exportadores de miel. Hoy tiene la oportunidad económica de dejar de vender a granel y ofrecer un producto con identidad propia.

“En el imaginario colectivo Argentina es el país de las vacas y del trigo, pero en verdad también es el país de la miel, ya que somos uno de los principales productores y exportadores del mundo”, reflexiona Carlos Levin, aunque enfatiza que no se haya hecho demasiado por promoverlo. 

Es por eso que el objetivo de la CAFRAM se alinea en promocionar el producto, dejar de exportar a granel, agregarle valor y darle identidad propia, lo cual implica generar trabajo por la demanda de mano de obra, lograr presencia de productos argentinos en góndolas de todo el mundo y conseguir la fidelización de los clientes con la miel argentina. 

“Tenemos 40 empresas en 11 provincias, lo cual nos permite ofrecer mieles muy distintas según su región, con características, clientes y posibilidades propias; la ventaja es que institucionalizando la oferta y con apoyo del Estado para poder exportar, tendríamos muchas más oportunidades”, explica Levin.

“Por ejemplo, hay un socio que tiene posibilidades de vender a Perú, pero no puede porque no hay convenio de reciprocidad, por eso estamos fortaleciendo relaciones con el Instituto Nacional de Alimentos (INAL) y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA)”. 

Articulación público-privada

Para Levin es fundamental lograr una articulación público-privada para que las exportaciones de miel fraccionada se agilicen y se logre un dinamismo económico que convoque a los productores.

Por este motivo, otras de las acciones de CAFRAM fueron generar vínculos con proveedores de envases de vidrio para la correcta conservación del producto (es lo que exigen los mercados internacionales) y formar un consejo compuesto por actores públicos y privados para fortalecer acciones de exportación, siempre pensando en valor agregado.

Además, desde julio la entidad es socia del Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) y están trabajando en un sello y normas de calidad para certificar la miel. 

“Vinculadas a la miel hay muchas oportunidades comerciales que se podrían aprovechar, como por ejemplo pensar en una producción combinada de colza y miel: la miel de colza es muy valorada por aroma y color y la colza es ideal para producir biodiesel”, ejemplifica Levin. “La idea siempre es generar acciones que mejoren la vida de la gente. Hoy muchas familias se van del campo porque no encuentran oportunidades y la apicultura puede ser un factor de arraigo si los jóvenes ven que pueden vivir de esta actividad”.

En este contexto, la capacitación en apicultura, la comunicación a la sociedad sobre la importancia de la abeja y las posibilidades económicas para el país que ofrece la miel, y la difusión de la actividad son los ejes del cambio. 

Con respecto a la difusión, Levin es contundente: “Se puede tener colmenas en toda la Argentina, desde Ushuaia hasta La Quiaca y es fundamental que la apicultura vuelva a la educación: hay muchísimas escuelas rurales que podrían producir miel y consumir el producto en desayunos y meriendas, de ese modo los chicos llevarían ese conocimiento a sus casas y le pueden cambiar la vida a su familia".

Para producir este cambio Levin explica que hay que "sacarse esa idea que todavía mucha gente tiene de que las abejas son peligrosas, y empezar a comunicar la verdad: todos los servicios ambientales que nos brindan y que gracias a ellas tenemos comida en nuestro plato todos los días”.

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