El centenario de la Bodega Palmieri Hnos. (1923 - 2023)

Este "símbolo bodeguero de principios del siglo XX" se retiró de la producción a fines del '83.

Actualidad06/08/2023 Por Gino Avoledo - Especial para TNR
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Hoy, de la gloria de aquellos años que representaron la época de oro de la vitivinicultura en la región, quedan vestigios como los piletones, cubas y toneles de roble y maquinarias; además de las piezas conventillos de los empleados, fijos, y la casona familiar. 

Ubicada en la zona rural de Roca, Luis Palmieri (77 años) abrió las puertas y contó la historia.

Conocer una bodega antigua es un auténtico viaje en el tiempo. Siempre impresiona. 

Hablar de la Bodega Palmieri, que hoy llega a sus 100 años de fundación, es contar la historia de inmigrantes italianos: Constantino Palmieri, Ana Catani y sus tres hijos (Palmira, 10 años), Luis (7) y Enrique (3) arribaron al puerto de Buenos Aires en el año 1985. 

Después de una breve etapa por provincia de Buenos Aires, Torquinst y, seguido, Bahía Blanca, Luis es tentado por el capataz Ramón Flores para un trabajo de desmonte en General Roca, lugar donde se pondrá -definitivamente- en marcha la empresa familiar.

"Nací acá y toda mi historia está acá adentro. Mi abuelo siempre tuvo la intención de hacer vino", recordó Luis mientras nos abre las puertas de la vieja bodega. 

- Cómo sigue la historia?

- Para el año 1910 los Palmieri ya se instalan en el paraje denominado "las cañitas", acá en Roca, eran terrenos pertenecientes a Juan José Paso (bisnieto del Prócer Argentino); Luis (abuelo) toma el trabajo de administrador de chacra para el desmonte y plantación de manzanos y viñedos y -al tiempo- junto a Enrique (tío abuelo) adquieren la posición de las tierra (compra, en el año 1921). Con ello dará inicio a un trabajo en frutales y viñedos, y por ende aparece la bodega. Sucede que Luis fallece a los 43 años y quienes quedan al mando de todo son su señora María, mi tío abuelo Enrique y mi padre, el mayor de 10 hermanos.

Esta imponente estructura representa la actividad vitivinícola de la época y el rudo trabajo de una familia numerosa, que se crio entre la aroma del vino y el sonido de los viejos camiones que llevaron por años el producto final a cientos de comercios y familias. 

- Siempre se trabajó en este edificio?

- No. Noo (exclamación). Cuando se empezó la bodega era un ramal de palos de álamos, así empezó todo. Con el tiempo se construyó esta bodega. Fue todo bien de abajo, muy artesanal. Yo conservo un libro del abuelo escrito en italiano que dice "Princippi della viticoltura", pero en los primeros años los guiaba en la elaboración Valentín Serati, que era propietario de una bodega que se llamó "El Trébol" (San Juan y 9 de Julio).

- Cómo era la producción en la bodega nueva?

- Todo era costoso en cuanto al trabajo, eran otras épocas para producir no había tanta tecnología. Acá eran 50 hectáreas y había unas 50 más en otra zona; la elaboración de vinos era la principal actividad, pero también hubo frutales. Todo el cargamento –la uva- entraba por la parte trasera de la bodega (señala el fondo) y se elaboraba en cantidad en los piletones (son unos 25 en total). El que ponía la impronta, el carácter al vino por decirlo de otra manera era Rómulo, él era el enólogo de la familia. Rómulo trabajaba un pinot noir, serían unos 300 o 350 litros, para un cliente en especial; había adquirido muchas habilidades de don Serati.

La elaboración de vino siempre fue el tema central de la vida en la chacra, desde planificar las plantaciones (variedades de viñas) hasta venta del producto en el mercado...

- Esto lo recuerdo muy bien porque yo ya de grande, adolescente diríamos, estaba en la parte del escritorio y era el encargado de sacar los remitos. Principalmente el mercado estaba en la zona, pero uno de los primeros destinos del vino fue Bahía Blanca. Con el tiempo se llevó vino a Comodoro Rivadavia, Gobernador Gregores, Colonia Sarmiento, Esquel, Río Mayo, Bariloche, y teníamos un cliente especial en cercanías a Quilmes (provincia de Buenos Aires). La bodega en su mayor esplendor alcanzó a producir 1.200.000 litros, gran  parte para la venta envasado (bordelesa) y traslado.

Este "símbolo bodeguero de principios del siglo XX" se retiró de la producción a fines del '83, sin embargo conserva sus características porque luce intacto: en el fondo están instaladas las piezas conventillos donde se alojaban los arancelados fijos (unos 10) y a su costado la amplia casona de la familia Palmieri (5 habitaciones, cocina y comedor, una sala escritorio, sala de estar y una amplia galería donde se realizaban por lo general los festejos familiar).

Aquí radica la importancia de la puesta en valor del edificio creado en 1923; en el año 2008 la Comisión Histórica del municipio la nombró monumento histórico bajo la intendencia del Dr. Carlos E. Soria. Está ubicado al sur/oeste de la ciudad, tomando el acceso rural Septimio Romagnoli, distante a 600 metros de la Ruta Nacional 22.

Está claro que la historia de General Roca es, también, la historia de sus vinos. Porque resultó preponderante el rol de la inmigración en la vida social. 

El edificio (1923 - 2023)

La bodega se construyó en dos etapas, iniciándose a principios de la década '20; su espacio físico representa unos 900 metros cuadrados, ubicada en sentido norte/sur. 

Características: elementos renacentistas; frontis triangular, simetría - proporción en su frente; molduras de arco de medio punto (tímpano) y rosetón en su parte superior. Ventanas en sus laterales. Brunelleschi y Miguel Ángel, los dos arquitectos referentes de este tipo de construcciones de la época.

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